Habitualmente hablamos de los tipos de energía dependiendo de su origen. Así, por ejemplo, hablamos de energía eólica, solar, nuclear... Pero un análisis pormenorizado de los sistemas en estudio nos obliga a admitir que, en el fondo, los diferentes tipos de energía se deben o bien al movimiento de las partículas de éstos (energía cinética), o bien a las diferentes posiciones que ocupan las partículas del sistema que interaccionan entre sí y (tal vez) con el exterior del mismo (energía potencial).
Nosotros, cuando estudiemos un sistema termodinámico usaremos el concepto de energía interna del sistema como la suma de las energías que tienen las partículas de este sistema y distinguiremos esta energía de la que pueda poseer el sistema debido a su movimiento o posición considerado como un todo. Por ejemplo, a una pelota situada a cierta altura sobre la superficie terrestre que está cayendo le asignaremos una energía potencial gravitatoria (debido a la posición y a la interacción con la Tierra), una energía cinética (debido al movimiento de caída de la pelota) y una energía interna (debida al movimiento y posición relativa de las partículas de gas del interior de la pelota).
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