La reacción espontánea estudiada anteriormente se puede utilizar para aprovechar el trabajo que puede realizar si somos capaces de "encauzar" los electrones que se transfieren desde la especie reductora (el hierro) a la especie oxidante (el catión cobre).
Los dispositivos capaces de aprovechar las reacciones redox espontáneas se denominan células galvánicas y su funcionamiento se basa en la separación física de las dos semirreacciones, de manera que los electrones se transfieran a través de un conductor.
Para estudiar el funcionamiento de una célula galvánica usaremos la siguiente reacción que se da en medio acuoso:
Zn + Cu2+ + SO42- → Zn2+ + SO42- + Cu
Para la construcción de esta célula galvánica se introduce una lámina de cinc en una disolución de sulfato de cinc (electrodo negativo) y, en otro recipiente, una lámina de cobre en una disolución de sulfato de cobre (II) (electrodo positivo). Finalmente, se unen las dos láminas metálicas mediante un hilo conductor, añadiendo un "puente salino" para evitar la polarización de los electrodos. En estas condiciones, si intercalamos un galvanómetro, observaremos el paso de corriente eléctrica y si introducimos un voltímetro, conoceremos la diferencia de potencial de la célula galvánica.
En esta animación podemos ver el funcionamiento de la célula galvánica de cinc-cobre, llamada pila de Danielli.
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Las pilas suelen representarse mediante el llamado diagrama de pila que consiste en escribir el símbolo de las especies que intervienen de modo que a la izquierda representamos las del ánodo (polo negativo de la pila) y a la derecha los del cátodo (polo positivo de la pila). En el caso anterior:
Zn(s)| Zn2+(1M)||Cu2+(1M)|Cu(s)
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