Pero la frecuencia
de 50 Hz no es apta para ser utilizada en la radiodifusión. Su
frecuencia es tan baja que la señal solo alcanza unos pocos metros
de distancia y los equipos emisores y receptores deben ser
inmensamente grandes. Así pues, para que una onda de radio pueda
llevar información a larga distancia es necesario elevar su
frecuencia mucho más allá de los 20 000 Hz.
Por ejemplo, las radios comerciales emiten en onda media (AM)
utilizando frecuencias que van desde 526,5 a 1606,5 kHz y la FM
entre 87,5 a 108 MHz. |

Fuente mityc |
Entre 3 y 30 Mhz
las ondas pueden desplazarse dando la vuelta a la Tierra rebotando
en la ionosfera. Conforme vamos elevando la frecuencia más allá de
los 30 Mhz las ondas se van comportando de forma más direccional, es
decir, se desplazan preferentemente en línea recta y pierden
paulatinamente su capacidad de rebotar en los obstáculos o en la
ionosfera. Por tanto cualquier receptor que se encuentre al otro
lado de una barrera física para las ondas de esta banda, no las
podrá captar. |

Fuente Wikipedia
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Sin embargo, las ondas
direccionales tienen
otras importantes
ventajas. Cuanta más
alta sea su frecuencia,
más pequeñas pueden ser
sus antenas y menos
potencia se necesitará
para llegar al mismo
lugar, lo que se traduce
en aparatos más pequeños
y manejables. Además
estas ondas son menos
vulnerables a las
interferencias y a los
efectos de la radiación
electromagnética del
Sol. |
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