LA UNIFICACIÓN ITALIANA
El origen del proceso de unificación tuvo lugar en los territorios del norte, en torno al reino de Piamonte-Cerdeña, estado que se había industrializado tempranamente, con una burguesía liberal influyente, cuyo monarca constitucional era Victor Manuel II.
Durante la primera mitad del siglo XIX, los territorios dependientes de Austria (Lombardía-Véneto) habían protagonizado rebeliones contra su dominadora, en el seno de un movimiento de carácter liberal denominado "Risorgimento", del que formaron parte figuras como el escritor Leopardi, Mazzini o el músico G. Verdi. También destacó la acción de sociedades secretas como la de los Carbonarios. Pretendían la creación de un estado italiano unificado, libre de injerencias extranjeras y de carácter liberal.
Protagonistas esenciales en la búsqueda de la unificación fueron el conde de Cavour, primer ministro de Piamonte-Cerdeña y el aventurero Giuseppe Garibaldi. También intervino el emperador de Francia Napoleón III.
La unificación tuvo varias fases, la principal entre 1859 y 1870, año en que la ciudad de Roma fue convertida en capital de Italia. |