Como ya hemos visto, a la hora de actuar elegimos y decidimos qué vamos a hacer.
Esta elección, no la realizamos al azar, recordemos que nos caracterizamos por ser
racionales. Si tenemos varias posibilidades, nos inclinamos por aquella que preferimos
porque tiene "algo" que la hace más estimable que las otras opciones, ese algo es
su valor, por ejemplo, la generosidad de un amigo, la belleza de un cuadro, la utilidad
de un bolígrafo, etc. Vemos que hay diferentes clases de valores (económicos, estéticos,
religiosos, morales o éticos, etc.) pero todos ellos se caracterizan por:
ser cualidades especiales que están en los objetos, en las personas o en las acciones,
y sólo los seres humanos somos capaces de valorar esas cualidades.
Podemos decir que estamos ante valores morales cuando:
necesariamente deben ser apreciados y respetados
son universales, es decir, válidos para todos los individuos sin excepción
y, además, los apreciamos por sí mismos, no porque nos reporten algún beneficio
egoísta, estando condicionados por intereses sociales, políticos
Por ejemplo, la justicia, la generosidad, la honradez, la sinceridad, la dignidad,
la igualdad, etc. son valores que podemos considerar universales, en el sentido de
deseables y respetables por todos, es más, que necesariamente deberían ser estimados,
y que su validez no estuviese condicionada ni por las épocas históricas o los intereses
particulares, etc.
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