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3. La lucha por la igualdad de derechos de
las mujeres |
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El feminismo es un movimiento social, político y filosófico cuyo objetivo
consiste en alcanzar la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Este
movimiento surgió en el siglo XVIII, momento en el que las ideas ilustradas
acerca de la igualdad entre todos los seres humanos calaron en las mentes
de algunas mujeres, las cuales comenzaron a reivindicar sus derechos.
En 1791, la literata francesa
Olympe de Gouges
escribió la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana
al considerar que la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano proclamada
por la Revolución Francesa no amparaba a la mitad de la humanidad, es decir, a las
mujeres.
El primero de los diecisiete artículos que componen su declaración afirma lo siguiente:
La mujer nace libre y permanece igual al hombre en derechos. Las distinciones sociales
sólo pueden estar fundadas en la utilidad común. Desafortunadamente, las palabras de
Olympe de Gouges tardaron mucho tiempo en ser tenidas en cuenta, pues su autora fue
ajusticiada en el cadalso por apoyar la causa de los girondinos. No obstante, en
la actualidad su declaración es considerada como uno de los grandes alegatos
escritos a favor de las mujeres.
En 1792, la filósofa y escritora inglesa
Mary Wollstonecraft
publicó su obra Vindicación de los derechos de la mujer, en respuesta a los
escritos en los que Rousseau afirmaba que las mujeres debían recibir una educación
diferente a la de los varones, pues ellas estaban hechas para agradar. En su obra
Wollstonecraft defendía que las mujeres recibieran una educación de la misma
calidad y extensión que la de hombres.
De modo general, las mujeres del siglo XVIII reivindicaron el derecho a la
educación, el derecho al trabajo, los derechos matrimoniales y el derecho al
voto. Sin embargo, con el advenimiento del Código de Napoleón, las mujeres
fueron de nuevo obligadas a obedecer a sus maridos sin poder ejercer una
profesión. Al siglo XVIII se le denomina "la primera ola" del feminismo.
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La segunda ola del feminismo comenzó en el siglo XIX y finalizó a mediados del
siglo XX. Uno de sus objetivos principales fue la reivindicación del derecho al
voto, llevada a cabo por las sufragistas. Las sufragistas eran unas mujeres
norteamericanas que ya tenían experiencia política, ya que habían defendido la
abolición de la esclavitud y que después vindicaron el sufragio femenino. En
1848 sesenta y ocho mujeres y treinta hombres firmaron la Declaración de Seneca
Falls o Declaración de sentimientos en la que se reivindicaban los derechos de
las mujeres. Este texto es considerado uno de los primeros programas políticos
feministas. Gracias a él, Wyoming se convirtió en el primer estado de los EEUU
que reconoció el voto a las mujeres. Fue en 1869, veintiún años después de la
declaración de Seneca Falls.
Otro de los objetivos del feminismo de la segunda ola fueron los derechos laborales.
Las mujeres cobraban un sueldo inferior al de los varones y no se veía con buenos
ojos que desempeñasen tareas fuera del hogar. Entre las autoras que defendieron
los derechos laborales de las mujeres destacan
Flora Tristán y
Rosa Luxemburgo.
Ahora bien, las mujeres socialistas encontraron cierta resistencia en los
varones obreros, los cuales defendían la igualdad de derechos de los obreros
pero no tenían tan asumida la necesaria igualdad de las mujeres. Para
convencerles, Flora Tristán redactó las siguientes palabras: A vosotros
obreros, que sois las víctimas de la desigualdad de hecho y de la injusticia,
a vosotros os toca establecer, al fin, sobre la tierra el reino de la justicia
y de la igualdad absoluta entre el hombre y la mujer.
Entre el final de la segunda ola del feminismo y el comienzo de la tercera se
publicó una obra filosófica que supuso toda una revolución en el modo en el que las
mujeres se concebían a sí mismas. Dicha obra se titula El segundo sexo y fue
escrita por la filósofa existencialista
Simone de Beauvoir en 1950.
En su obra, Beauvoir analizó pormenorizadamente y a través de diversas
disciplinas, cómo era la vida de las mujeres. Llegó a la conclusión de que
gran parte de los rasgos que la sociedad consideraba femeninos no era más
que una convención social, de manera que la subordinación a la que se veían
abocadas las mujeres no tenía una causa biológica fundamentada sino una causa
cultural. Esta tesis se resume en su famosa frase No se nace mujer, se llega a serlo.
Traducido a numerosos idiomas, el libro de Beauvoir inspiró la tercera ola
del feminismo, la cual se extiende hasta la actualidad. El feminismo de la
tercera ola se caracteriza por la investigación, la reflexión y la publicación
de obras emblemáticas como La mística de la feminidad de Betty Friedan y
Política sexual de Kate Millet. A partir de los años 70, el feminismo se
ha diversificado en diferentes corrientes de pensamiento, dando lugar a:
el feminismo de la igualdad, el feminismo de la diferencia, el cyberfeminismo,
el ecofeminismo y la teoría queer. En conclusión, actualmente no existe un
único "feminismo" sino que hay distintos "feminismos" cuyas teorías no son
coincidentes, aunque todos ellos tienen un único objetivo en común: lograr
la igualdad entre hombres y mujeres.
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