Vegetación
En la Península
Ibérica se distinguen dos áreas fundamentales desde el punto de
vista florístico:
- El área oceánica, que se corresponde con el clima del
mismo nombre, está dominado por el bosque caducifolio. Las
especies dominantes son hayas, robles y castaños. Se asocian a un
sotobosque o matorral de arbustos conocido como landa (brezo,
tojo, retama) y a formaciones herbáceas de prados.
- El área
mediterránea, donde la existencia de una estación seca
determina la aparición de plantas de tendencia xerófila. Los
bosques, que al no ser cerrados se suelen denominar montes,
son perennifolios. La especie más característica es la
encina y, en el oeste, el alcornoque. Los pinos, introducidos por
el hombre, son cada vez más abundantes. El matorral típico es la
espesa maquia y la garriga (tomillos, romeros). En el
sureste, donde aumenta la aridez, aparece la estepa (esparto,
palmito).
- En las
montañas la vegetación se escalona en pisos, en los que son
determinantes la temperatura (solanas y umbrías) y las
precipitaciones (barlovento y sotavento). En Canarias dichos pisos
adoptan la forma característica de la región macaronésica (laurisilva
y fayal-brezal, con endemismos como el drago). |
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