A cada color
le
corresponde
una longitud
de onda
distinta y
por lo tanto
una
frecuencia
distinta.
Así pues, a
los tonos
rojos le
corresponde
menores
frecuencias
y
transportan
menos
energía,
mientras que
a los tonos
violetas le
corresponden
mayores
frecuencias
y
transportan
más energía.
Los colores
son la forma
en que
nuestro
cerebro
interpreta
las luces de
las
distintas
frecuencias.
Ni las
plantas ni
las flores
tienen
color sólo
absorben
unas
determinadas
ondas
luminosas y
reflejan
otras. |
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Si un objeto
absorbe todas las frecuencias, nuestro cerebro lo interpreta como
negro. Si refleja todas las frecuencias nuestro cerebro lo
interpreta como blanco. Po lo tanto, las plantas son verdes porque
absorben todas las frecuencias, excepto la que corresponde al verde,
que es reflejada. Esta frecuencia llega a nuestro ojo, y nuestro
cerebro la interpreta como verde. Algo similar ocurre con el azul
del cielo.
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