EXPERIMENTACIÓN EN EL AULA CON DESACARTES Las ecuaciones de primer grado (3º de ESO) |
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DESCRIPCIÓN | |
Grupo:
Catorce alumnos de 1º de Bachillerato de la opción de
Ciencias Sociales.
Objetivos y
contenidos:
Se pretendía que los alumnos reforzaran los
conocimientos adquiridos en clase sobre el estudio de funciones.
Préviamente a la realización de la experiencia, los
alumnos se habían examinado del tema, con un resultado que raya en la catástrofe,
¡más del 50% suspendidos!.
Éste era un buen momento para poder contrastar la influencia
del cambio metodológico. de hecho se planteaba
Materiales:
Se trabajaron las unidades didácticas:
a) Funciones. Formas especiales de representación.
b) Estudio del crecimiento de una función.
c) Familia de funciones. Tipos y operaciones. (opcional)
d) Funcions definides a trozos.
El autor de las dos primeras es José Luís Alonso Borrego, la autora de la tercera
es Angela Núñez Castaín y el autor de la última, Carmel Ramírez García. De
hecho se trataba de experimentar con la última, pero no tenia demasiado sentido
sin el refuezo de las anteriores.
Tiempo programado:
Cinco sesiones de 60 minutos, en dias consecutivos.
Lugar y
condiciones:
La experiencia se realizó en el aula de ordenadores, si
bien cada alumno podia trabajar individualmente (en el aula hay 16 ordenadores)
he creido conveniente que trabajen por parejas.
En este grupo hay alumnos (bastantes) que han caído en
Matemáticas Aplicadas a las Ciencias Sociales huyendo de Griego, por lo que su
predisposición a la materia no es muy buena. A pesar de todo, hubo colaboración
y, hasta cierto punto, entusiasmo.
En las cuatro primeras sessiones, los alumnos habían de
realizar un dosier con las diferentes preguntas que se plantean en las unidades
didácticas, en los tres primeros casos, y realizar las gráficas de tres
funciones definidas a trozos, en el cuarto caso, con su correspondiente estudio
(dominio, recorrido, discontinuidades, monotonía, puntos singulares,...). En el
dosier también se debían resumir los conceptos teóricos que aparecían y que
préviamente se habían trabajado en clase.
La quinta sesión se realizó en el aula, con ayuda de un
ordenador y de un proyector, y sirvió para corregir los dosieres y aclarar
dudas.
La verdad es que no hubo problemas en el seguimiento de
las unidades y parecía que el resultado seria un éxito. Las únicas dudas que se
plantearon fueron sobre la forma de introducir datos en el applet (p.e. cuando
habían de cambiar la expresión de la función).
Pero la realidad está ahí, para demostrarnos que
cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. ¿Se entiende lo que
quiero decir?
Un trabajo pautado, guiado y bien seguido no consiguió
hacer la abstracción que el alumnado necesitaba, de forma que, cuando al final
de la experiencia se realizó el tan temido examen, los resultados no fueron tan
diferentes a los del primero, y que tomé como referencia.
De la encuesta que pasé, sólo destaco que los alumnos
valoraban el hecho de poder hacer matemáticas fuera del contexto que lo hacen
habitualmente (con ordenador, en parejas, marcándose ellos la pauta y sin
seguir el ritmo de la explicación del profesor en la pizarra, ...), que les ha
sabido a poco (si por ellos fuera estaríamos en el aula de informática hasta el
final del curso) y que tienen el concepto, que han aprendido más , aunque los
resultados del examen no lo demuestren.
Hay varios aspectos a tener en cuenta y, sin ser los únicos,
creo que han tenido importancia en el desarrollo de la experiencia:
a) La informática no es la panacea educativa. Lo cual no
significa que haya rechazarla, pero sí no sobrevalorarla. En la sesión de corrección
de los dosieres tuve la sensación de que algunos alumnos habían entrado con
otro pie en la materia y a pesar de ello el resultado no acompañó.
b) Sin un interés por la materia que se estudia, difícilmente se
puede obtener un rendimiento. Hago notar el caso de que bastantes de los
alumnos no habían escogido la materia por “devoción”, sino como mal menor.
c) No es la primera vez que entro en el aula de informática, y
evidentemente no será la última. A pesar de que no es la primera vez que
planifico clases de refuerzo a los temas de clase en el aula de informática,
supongo que todavía he de aprender a desarrollar una metodología más eficiente que
facilite el aprendizaje de los alumnos.
A pesar del pobre rendimiento que sacaron mis alumnos,
no me desanimo y recomiendo que no lo haga ninguno, porque igual la informática
no és el mejor camino para enseñar, pero és uno más y que facilita la
experimentación del alumnado. No és el caso, pero he de reconocer que otras
experiencias que he realizado con programas de geometría me han dado mejores
resultados. Así pues, ¡a continuar experimentando!.
Carmel Ramírez García | ||
© Ministerio de Educación, Política Social y Deporte. Año 2007 | ||