Práctica 4

 

ESTRATEGIAS EN EL AULA

El trabajo llevado a cabo a lo largo de estos dos meses se ha ido plasmando en un diario de clase el cual ha contribuido a una mas detenida una observación y reflexión del comportamiento y la evolución de los alumnos.

Las principales conclusiones se resumen en los siguientes puntos.

 

1.- Distribución de los alumnos en el aula

El aula de informática utilizada para esta experiencia está distribuida de manera que en el centro hay cuatro filas de mesas, mirando hacia una pizarra (y posible pantalla para canon). A su vez los ordenadores se alinean a su alrededor, pegadas a las paredes Este y Sur, en forma de L mirando.

Como sea que sólo diez de los quince ordenadores que hay en el aula son realmente eficientes, hace que los alumnos se den puñetazos para ser los primeros en coger ordenador. Ello obliga a organizar la entrada en el aula: de buen principio los alumnos se sientan en las mesas centrales, dónde se distribuyen las hojas de trabajo, si cabe,  se comenta el trabajo que hay que hacer, las dificultades que puede haber... Posteriormente, a indicación mía, los alumnos irán cogiendo uno a uno el ordenador que quieran.

 

2. Materiales de trabajo

El trabajo con la pantalla deja poca huella en el alumno: es cómo si la rapidez de la respuesta genere una mínima retención en su memoria.

Es por ello que cuando se vaya a trabajar con alguna página interactiva, deberá inducirse al alumno a reducir su velocidad de respuesta. Y una buena manera es obligándole a materializar sobre el papel las respuestas de los ejercicios que se llevan a cabo en la pantalla.

Los materiales elaborados para cada página deben ajustarse al máximo, no sólo al guión, sino a cada una de las cuestiones que plantee la hoja interactiva con la que se va a trabajar, y cuanto más se ajusten al guión, mejor será el seguimiento de la misma.

Además, hay que tener en cuenta que es muy difícil de prever la velocidad de trabajo de los alumnos. Por consiguiente, es conveniente tener preparada no sólo una hoja de trabajo para la sesión prevista, sino también la del día siguiente, no sea caso que acaben en un periquete y se pasen

 

3.- El ambiente de trabajo

En una aula de informática el riesgo a que haya algo que no funcione es elevado: un día serán las conexiones a la red, otro día tendremos problemas con cargar el JAVA; puede ocurrir también que quien haya pasado anteriormente por el aula no la haya dejado en las condiciones adecuadas, o que una unidad no tenga ratón…

Esto no serán excepciones. Y hay que estar preparado.

Preparado significa ser capaces de afrontar situaciones en las que tendremos, de forma simultánea, tres,  cuatro, cinco personas solicitando de nuestra ayuda para poder empezar a trabajar. Y debemos darles una respuesta. Pero no somos dioses, o sea que sin pausas, pero también sin prisas: no dejarnos superar por la situación.

Por eso creo importante que, ya de entrada, se instruya a los alumnos a saber estar en el aula, incluso en las peores condiciones. Un saber estar que significa saber esperar, sin que ello produzca un descalabro en el aula.

Si conseguimos este saber estar, se creará un buen ambiente de trabajo en el aula, y los alumnos serán capaces de asumir con responsabilidad los tiempos muertos.

 

4.- La revisión y/o corrección de los trabajos

Por motivos de distribución horaria, sólo se podía disponer del aula de informática dos de los tres días a la semana. Sin embargo, resulta difícil tener un ordenador delante y hacer caso omiso de él, por lo que al final acabó por hacerse de la necesidad virtud.

El hecho de disponer de una hora en la que comentar los ejercicios sin la “presión” de los ordenadores resulta sumamente beneficioso, pues permite corregir, comentar, ampliar, comparar y consolidar resultados, conceptos y procedimientos. E induce a la reflexión que es lo que, parece ser, substrae la pantalla. 

En definitiva: la pantalla induce rapidez pero anula la reflexión; es necesario, pues,  dedicar un cierto tiempo fuera del aula de informática a estimular.

En nuestro caso además, se ha previsto para esta hora complementaria un dossier de ejercicios, que evite el tiempo libre y ayude a consolidar las materias trabajadas a partir de las actividades con el ordenador.

 

5.- Distintas formas de trabajar

Uno de los puntos a resolver a la hora distribuirse en los ordenador se refiere a si debe planearse trabajo individual o por parejas, siempre y cuando haya dotación suficiente.

Trabajar de forma individual exige mayor esfuerzo por parte de los alumnos, pero a esta demanda cada uno puede – y debe- responder a su propio ritmo y con sus propias herramientas. El hecho de enfrentarse solos a las tareas del ordenador, no impide comentar con el compañero mas cercano y, por supuesto, al profesor.

El trabajar en parejas deberá utilizarse cuando se observe grandes diferencias en el nivel de conocimiento adquirido por unos y otros. Este desnivel será además, un lastre para seguir avanzando en la materia.

Es en este momento que el flujo de conocimientos entre compañeros puede ser más rentable que a través de la explicación del profesor, pues su nivel de empatía suele ser superior. Habrá que estudiar, eso sí, una adecuada distribución por parejas.

En contra de lo que se podría suponer, el trabajo individual no siempre será garantía de un ambiente de trabajo mas tranquilo. Esto sólo se da cuando los alumnos han asumido el saber estar al que anteriormente se hacía referencia.

 

6.- La principal dificultad: la lectura

Hay dos formas básicas de enfrentarse al trabajo con un ordenador: el simple método prueba-error o la más racional de lectura del enunciado y respuesta razonada.

Según se puede leer en EL PAÍS (10-12-07: Los “clicantes” compulsivos) a partir de un estudio de la Universidad Jaume I se pone de manifiesto que el mayor vicio de los universitarios es picotear en internet sin detenerse a leer en profundidad.

Si este es el comportamiento de los universitarios, qué menos cabe esperar de nuestros alumnos de secundaria. En este sentido, no es extraño oír cliquear los ratones cuando aún hay quien ni siquiera tiene en marcha el programa: se trata de probar qué pasa.

Las unidades de Descartes no son uniformes pero, en general, tiene todas gran explicación teórica. Y la única forma de evitar su omisión será con hojas de actividades que les obligue a prestar atención a su contenido, evitando que se pueda responder simplemente por la técnica ensayo-error.

La poca habilidad en la lectura se hace notar también a la hora de utilizar las hojas de actividades correspondientes a las unidades didácticas. Es por ello que estas hojas de trabajo, se deben preparar de forma esquemática.

 

7.- Un peligro: la manipulación de las escenas

Resulta sorprendente la capacidad que tienen estas nuevas promociones para manipular las escenas y conseguir efectos “especiales”. Como ejemplo decir que q partir de las escenas de la función lineal, son capaces de generar simulaciones que lleguen a formar una botella, un jarrón…  Aunque claro, este no es el objetivo de la clase.

Este peligro está ahí. Este quizás es el talón de Aquiles de Descartes: es sumamente adaptable a las necesidades. Pero los alumnos son sumamente hábiles para descubrir estas posibilidades y modificar a su antojo.

 

8.- ¿Trabajar con ordenador facilita el trabajo del profesor?

Como se ha puesto de manifiesto en el apartado 3, son muchos los inconvenientes que puede suscitar el uso de los ordenadores: posiblemente, la reticencia de muchos docentes a usar estas técnicas sea prueba de ello.

El ordenador facilita la tarea del profesor en distintos aspectos:

§         hay mucho material disponible.

§         hace a los alumnos más autónomos.

§         se puede visualizar mejor muchos ejercicios y, ya se sabe, “vale más una imagen que mil palabras”

§         permite hacer frente a la diversidad al poder adaptar la velocidad de aprendizaje a distintas capacidades.

Pero, como contrapartida:

§         no se puede dejar a los alumnos solos ante el ordenador. Hay que estar pendiente de ellos, y muy pendiente: posiblemente mucho mas que en una clase ordinaria.

§         hay que disponer de hojas de trabajo como soporte a la unidad didáctica y, por tanto, prepararla, de forma. Ser exhaustivo en ello exige muchas horas, pero es la garantía del buen funcionamiento de la sesión posterior.